Por fin llegó el día que tanto esperábamos...
Hoy hemos
tenido la suerte de vivir un encuentro especial con los habitantes de la
calle, la jornada se llamaba "humanizando, no discriminando".
El día
comenzó con lluvias, lo que hacía que no sintiésemos un tanto desanimadas
porque la actividad era el aire libre.
Conforme comenzó amanecer, el día comenzó a abrir, hasta la llegada del sol, que seco la tierra y nos permitió no cambiar ninguna de las actividades que habíamos planificado.
Conforme comenzó amanecer, el día comenzó a abrir, hasta la llegada del sol, que seco la tierra y nos permitió no cambiar ninguna de las actividades que habíamos planificado.
El barrio San José era el encargado de recibirnos porque
allí se encuentra la institución "En media horita" que trabaja todos
los viernes por ayudar a las personas que viven en la calle.
Tuvimos la
suerte de ir a ese lugar con más de 50 jóvenes, quienes se dejaron sorprender
por la experiencia y vieron un espacio habitado por Dios.
A muchas de ellas les
costaba contener las lágrimas cuando escuchaban los testimonios de quienes
compartían su vida con mucha transparencia y felices por ser escuchados.
Hubo
baile, risas, lágrimas, comida, música. Hubo abrazos espontáneos y otros
robados.Y la frase más escuchada "que día tan especial"
Nos
sorprendió mucho la diversidad que existe entre las personas que viven en la calle:
jóvenes, ancianos, mujeres... Cada vida una historia de abandonó, pobreza y
problemas con las drogas... al finalizar la jornada y reunirnos con la muchacha
para recoger la experiencia, consentimiento común fue, ver en ellos vida frágil
que han tenido menos suerte que nosotros. Personas tan iguales y a la vez tan
diferentes, hijo de Dios todos.
¡¡¡GRACIAS,
Señor por llevarnos a donde debíamos ir!!!!
Comentarios