Expedición vocacional
Dos días lloviendo
y el sol escondido, nos hacía estar asustadas esperando este día. Tuvimos que
activar un plan b, en prevención de lo que podía pasar, porque con tanta agua, sería
imposible subir la montaña de Monte León, y ¡Oh sorpresa! El día llegó y el sol
salió tempranito, calentando el suelo y a nosotros también. Primera
preocupación eliminada, ahora aparecía la segunda, ¿será que vienen niñas? y Dios nos volvía a sorprender con la
participación de 86 jóvenes de seis colegios.
El equipo de
pastoral de Colombia se amplió para el desarrollo de esta actividad y contamos
con más de 10 personas extras, que fortalecieron los grupos y nos ayudaron a
llevar a cabo las estaciones.
Entre todos
logramos convertir el camino en una experiencia espiritual, finamente unida
para propiciar que las muchachas pudieran escucharse interiormente y tratar de
escuchar lo que Dios sueña para ellas.
El camino contaba con un momento de esfuerzo donde tenían que unir fuerzas para lograr seguir, seguidamente encontraban un camino falso en los que tenía que superar una prueba a fuerza de fe, en la siguiente iban apareciendo posibles tentaciones, caminaban hacia la llamada y compartían un rato con el sembrador, en esa prueba, tuvimos contacto con la naturaleza de forma más conscientes y buscamos profundizar en nuestras propias raíces.
El camino no acabo allí, seguía una prueba de interiorización donde orábamos con tres gestos y luego caminábamos en completo silencio un tramo para ir asentando todo lo vivido.
La expedición terminó con un símbolo sublime que llamaba a la libertad, cada grupo voló una comenta, en señal de libertad y en forma de petición, rogando a que Dios, desplegará sus alas y las ayudará a volar.
Terminamos destacando la suerte que tenemos las hpm, de contar con un equipo de pastoral que trabaja incansablemente porque jóvenes se planteen la vocación y formen parte de nuestra familia.
Gracias por su tiempo.
Gracias por sus ganas.
Gracias por el compromiso que ponen
en lo que hace. Y sobre todo gracias por hacernos sentir acompañadas.
Seguiremos en su nombre, echando las redes.
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